Siglo XX


1900 - 9 de octubre.

Su Majestad La Reina Regente firma un Real decreto declarando oficialmente organizada Las Cámaras de Comercio y Agrícola de Villafranca.

1903 - 12 de julio Inundaciones en Villafranca.

Los fuertes calores sufridos en los primeros días de julio de 1903, trajeron como consecuencia unas fuertes tormentas que se hicieron sentir en muchos pueblos de Extremadura, entre ellos Villafranca de los Barros.

1903 Tras las tormentas. Foto B. Gonzalez (Diario ABC)
La tempestad fue larga y el agua cayó en grandes cantidades produciendo en nuestra localidad el hundimiento de 16 casas, las más afectadas fueron las siete próximas al arroyo chico, debido a la obstrucción del puente, que sostuvo las aguas hasta que se desbordo saliendo con gran violencia, arrasando las viviendas y campos más próximos.
No hubo afortunadamente desgracias personales, pero si perdidas de consideración, por haber muerto en los hundimientos unas cien cabezas de ganado, muchos animales domésticos y haber arrasado las aguas las plantaciones de cereales.





Fábrica de Los Macias.

1909 fábrica de Hijos de Pedro Macias

Antonio Montes Vico
Posiblemente esta factoría se construyera entre mediados y finales del siglo XIX, aún no se ha podido dar una fecha exacta, lo que sí es seguro que perteneció a el torero Antonio Montes Vico, la adquirió poco antes de la trágica cogida que tuvo en México el 17 de enero de 1907, la cual le costó la vida, no sabemos a quien pertenecía con anterioridad, pero sí que al  torero le costó esta industria 30.000 duros, así lo declara su apoderado Juan Manuel Rodríguez en una entrevista realizada al periódico El Imparcial de Madrid, por el testamento realizado de dicho torero antes de morir sabemos que todos sus bienes serian para su madre Emilia Vico, poco después podemos pensar que dicha empresa fue vendida a la familia Macías, pasándose a llamar <<Hijos de Pedro Macías>>, esta industria se dedicó a la producción de aceite de orujo, sulfuro, jabones y herraj.

1909
Esta factoría hoy día desaparecida se situaba en la carretera a Fuente del Maestre en su margen derecho una vez pasada la vía de ferrocarril, el solar del derribo de esta industria lo ocupa hoy, otras empresas.

1910




                    




















Casona de Los Macías 1909, esta casa residencia de los Macías estaba junto a la factoría, lugar de veraneo aunque la familia tenía otra propiedad dentro de la localidad, ya que la residencia oficial estaba en Mérida.





Guerra  del Rif, la guerra olvidada.

Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, pero ya en el territorio del protectorado, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
Tras la derrota de 1898, el ejército español tenía en 1902 una relación de uno a cuatro entre oficiales y soldados, con 529 generales, 23.767 oficiales y 110.926 clases y tropa.
La derrota del 98 no supuso u acicate para reformar el estamento militar y convertirlo en una moderna maquina preparada para la guerra. Lejos de eso, las diferencias entre el ejército español y los de su entorno eran abismales. España no estaba preparada para una aventura colonial, y el pueblo español lo sabía y no la apoyaba, lo que provoco diferentes altercados, la sociedad española tenia serias dudas sobre las riquezas que ofrecía el Rif, y la mayoría de la población no quería una guerra que no sentían suya, lejos y con soldados de remplazo, reclutados por un injusto sistema, (soldado de cuota, que permitía librarse del servicio a los que pudieran pagar la redención a metálico o sustitución, estas cuotas oscilaban entre 1500 y 5000 pts.) obligando al sector más pobre a combatir en ella.
A comienzos del siglo XX el gobierno español decide ejercer en Marruecos una influencia que devolviera al país el prestigio perdido. A este fin se adhiere a la Declaración de Londres de 1904, que asigna a España la misión de facilitar ayuda a Marruecos para llevar a cabo las reformas militares, económicas y administrativas de la que estaba tan necesitado. En esta época el control de las cabilas que circundaban Melilla estaba en manos de un pretendiente al trono de Marruecos, que afirmaba ser el hermano del sultán Abd al-Aziz de Marruecos, Muley Mohámed, conocido en la historia como Bu Hamara (el de la burra), por lo que España negocia con él la explotación de yacimientos mineros por compañías españolas y francesas, creándose así la Compañía Española de Minas del Rif. Sin embargo, estas concesiones hacen que las cabilas que antes apoyaban a Bu Hamara consideren que éste les ha traicionado y para demostrar su enojo el 8 de agosto1908 atacan las explotaciones, aunque sin causar víctimas y Bu Hamara es apresado y enviado a Fez donde moriría encarcelado por el sultán.
La muerte de Bu Hamara deja a España sin interlocutor con los rifeños y la situación se hace más tensa. El General Marina, Comandante General de Melilla, pide instrucciones y refuerzos al gobierno, ya que con las fuerzas con que cuenta no pueden continuar las labores pacificadoras, esto es la continuidad de las explotaciones mineras. El gobierno se limita a pedir calma al general y nada hace; es más, le prohíbe cualquier acción militar y el 7 de junio de 1909 autoriza a las compañías mineras a proseguir sus trabajos. La tranquilidad dura poco, ya que a finales de junio comienza una gran agitación, con predicación de la guerra santa, en las cabilas próximas a Melilla. Ante la negativa gubernamental a autorizar la ocupación y fortificación de posiciones que permitieran defender a los trabajadores de un posible ataque rifeño, Marina ordena una expedición por estas cabilas, que lo único que consigue es la captura de seis agitadores que son conducidos presos a Melilla.

En 1909 el ejército español presenta los siguientes números:
·     
      Tenía 30 Tenientes Generales, mientras que Francia y Portugal tenían 3 cada uno, Italia tenía 5 y el Reino Unido tenía 20.
      
      La mitad del presupuesto se gastaba en sueldos, mientras que en Italia el gasto de personas suponía una sexta parte, y en Francia una séptima parte.

Los bajos sueldos militares, el deficiente sistema de abastecimiento, el injusto sistema de reclutamiento y el método sin garantías de ascenso por méritos de guerra fomentaron la corrupción en aquel ejército. Como resultado un ejército pobremente equipado y deficientemente entrenado.

Sucesos de julio

El día 9 de julio de 1909 se produce, en Sidi Musa, un ataque de los rifeños a un grupo de obreros españoles que trabajaban en la construcción de un puente para un ferrocarril que uniría Melilla con las minas de Beni-Bu-Ifur, propiedad de una sociedad controlada por el Conde de Romanones y el Marque de Comilla, matando a seis de ellos e hiriendo a uno, este pequeño incidente constituirá el inicio de la guerra de Marruecos y fue utilizado por el Gobierno de Maura para iniciar un proyecto colonista en contra de la opinión española imbuida en un sentimiento pacifista y antimilitarista. Cuando los hechos son conocidos por el gobierno, presidido por Maura, éste decreta el 10 de julio la movilización de tres brigadas mixtas de Cazadores, formadas en su mayor parte por reservistas de las quintas de 1903 y 1904, lo que provoca disturbios en Madrid y en Barcelona, donde se producen los sucesos conocidos como Semana Trágica.
En días sucesivos, menudean los enfrentamientos con francotiradores ocultos en las alturas que dominan las posiciones españolas. El día 16 comienza la llegada a Melilla de las fuerzas expedicionarias y el 18 entran en combate. El 20 se produce un nuevo ataque rifeño en Sidi Musa, aunque fue rechazado por los españoles tras largos combates, bajo un sol abrasador sin agua y sin comida. El 22 los ataques se aproximan a Melilla, por lo que para detener el avance enemigo se ordena una concentración del fuego artillero sobre el principal núcleo atacante. El general Marina, en previsión de un ataque a Melilla, acantona una columna de seis compañías de infantería y una sección de obuses en las proximidades de la ciudad, al mando del coronel Álvarez Cabrera. Este mando, por iniciativa propia, ordena una marcha nocturna hacia Ait Aixa, perdiéndose durante la noche y amaneciendo en el barranco de Alfer donde son sorprendidos y diezmados por los francotiradores apostados en las alturas. Esta imprudencia, que cuesta la vida al coronel, produce además 26 muertos y casi 230 heridos. Sin embargo se consigue el objetivo de sacar a los rifeños de sus posiciones y de hacerlos retroceder.
El día 26 de julio se reciben noticias a través de confidentes rifeños sobre la preparación de un potente ataque rebelde. El general Marina, ya teniente general y Comandante del Ejército de Melilla, ordena la salida de tropas para proteger la posición de la Segunda Caseta. Asimismo, dispone que la brigada de Cazadores de Madrid, mandada por el general Guillermo Pintos Ledesma, vigile la zona del barranco del Lobo y el de Alfer, situados en las estribaciones del monte Gurugú. Es en el barranco del Lobo donde los españoles se ven expuestos al fuego graneado de los rifeños que continúan dueños de las alturas. Se comete, además, el grave error de intentar la retirada sin apoyo de la artillería, lo que causa gravísimas pérdidas. El general Marina, a la vista de la gravedad de la situación, se hace cargo del mando y organiza la retirada con apoyo artillero y de fuerzas procedentes de la posición de la Segunda Caseta. Esta emboscada originó 153 muertos, entre ellos el General Pintos que estaba al mando de la expedición y casi 600 heridos.
Ante la gravedad de los acontecimientos se decide la suspensión de todas las operaciones bélicas y continuar reforzando el contingente español en Melilla, que a mediados de agosto ya cuenta con más de 35.000 hombres y un elevado número de piezas de artillería y munición. A finales de agosto se reinician los combates por parte española, aunque ahora desde una posición de claro dominio, lo que llevaría a la pacificación total de la zona a finales de año.
El desastre del Barranco del Lobo ha sido considerado, junto con el de Annual en 1921, como una de las más sangrientas derrotas sufridas por el ejército español en las guerras coloniales sostenidas en el norte de África. Sin embargo, la verdad es que, a pesar de las pérdidas (153 hombres) se consiguen los objetivos marcados y se rechaza al enemigo.


EL HEROE VILLAFRANQUÉS

1 Cabo Francisco Martín Jordan, 2 Soldado Francisco Gonzalez, 3 Soldado Diego Sáenz Lozano.
Tras la acción militar española del Barranco del Lobo emergen los héroes de la contienda y Villafranca de los Barros también tiene el suyo, recogida la noticia en la prensa nacional y local de la época, rescatamos estas perlas olvidadas referente a el héroe Villafranqués, del periódico local, la Opinión de Extremadura, y empezamos con el primer artículo encontrado, firmado por el cronista Elíseo, dice así:
Diez años de paz llevaba España. El recuerdo de la última guerra subsistía dolorosamente en la memoria de todos.
Nuestros valientes soldados habían contraído tácitamente una deuda con Europa, adquirida por fatalidades del destino, que no por otras causas. Surge en días pasados la guerra del Rif, y allá van, fieros, nobles, ávidos de gloria, iguales en bravura que los héroes legendarios, a combatir como españoles, a derramar toda su sangre por nuestra Patria querida; a llenar de frescos laureles nuestra historia; a morir dichosamente defendiendo el honor y la bandera.
Pintos, Ibáñez,Marín, Ortega, Palacios, Morris, Cabrera y cien héroes más, han perecido en el campo de batalla como valientes guerreros; su última mirada, de amor, de ternura, de orgullo a los valientes soldados que peleaban bravamente en aras de nuestras nobilísimas tradiciones.
¡Honor a nuestro ejército! ¡Gloria a España! Que ha vuelto a ser plantel de héroes, que resucita pletórica de valor, ávida de grandeza, ansiosa de gloria.
Villafranca esta de gala. A más de ser española – que es el orgullo de los orgullos – a más de sentirse honrada con las hazañas de nuestras tropas en África, un modesto Villafranqués, un valiente soldado, Diego Sáenz Lozano, del batallón de las Navas, se ha cubierto de gloria en el campo de batalla realizando hazañas de héroe.
Villafranca está orgullosa de su hijo y con España entera comparte los laureles que ha sabido conquistar el bravo Cazador.

La segunda información son las cartas publicadas en el mismo periódico.

De Melilla – Cartas Interesantes.

Solo como documentos interesantes, y en honor a nuestro heroico paisano, el bravo soldado del batallón de Cazadores de las Navas, Diego Sáenz Lozano, publicamos las siguientes cartas que ha recibido nuestro amigo D. Manuel Pidal.
Hay un membrete que dice: <<El Comandante en jefe de las fuerzas del Ejército de operaciones en Melilla.- Particular.

Sr D. Manuel Pidal.

José Molina.

Muy Sr. Mío y de mi consideración más distinguida: He recibido su muy amable carta, fecha 3 del actual, y en nombre de este Ejercito de operaciones, doy a usted las más expresivas gracias por las levantadas y laudatorias frases que en ella le dirige, hijas de su acendrado patriotismo. Al mismo tiempo fueron en mi poder las 100 pesetas que me enviaba para el soldado del batallón Cazadores de las Navas, Diego Sáenz Lozano, por su heroico comportamiento en el combate del día 27 ultimo pasado, y que le han sido entregadas como vera por el recibo adjunto.
Aprovecho esta ocasión para ofrecerme de usted atento S.S.Q.B.S.M. José Marina. >>

Recibo.

<<He recibido del Sr. Teniente Coronel de Cazadores de las Navas, Nº 10, la cantidad de cien pesetas que me envía mi paisano D. Manuel Pidal.
Campamento del Zoco, 6 de Agosto 1909.
A ruego de Diego Sáenz Lozano, que no sabe firmar.

El Sargento                                                                    El Soldado
Esteban Pérez                                                                JoséPérez

<<Campamento del Zoco y Agosto 8, 1909 Excmo. Sr Diputado a Cortes por Almendralejo.
Mis más distinguido Sr.: He recibido su entusiasta y cariñosa carta, con el obsequio que se ha dignado hacerme, y confieso con ingenuidad que me ha anonadado favor tan distinguido, y que dirigirme a usted no encuentro palabras con que expresar mi sincero y leal agradecimiento. No he hecho más que cumplir con mi deber, cumplir con el sagrado deber de defender los intereses de mi querida patria, y por eso me considero inmerecedor de las alabanzas que me tributa.
Quisiera poder expresar los afectos de mi corazón reconocido hacia usted, y todos mis queridos paisanos que tan inequívocas pruebas de patriotismo me están dando, y decirles que sabré responder como bueno a sus deseos, y que si siempre ha latido mi corazón a los impulsos del amor y reconocimiento para la España que me vio nacer, de hoy másansióel momento de demostrar a esa morisma artera y traidora que no se insulta en vano al honor Español, y que sabemos derramar nuestra sangre vengando la de nuestros hermanos, y perder nuestra vida si necesario es en defensa de la única madre que tengo aquí en la tierra: la España de mi corazón.
Vuelvo a reiterarme mi gratitud, que durara cuanto yo deseo, y en tanto llega el momento de besar la mano que tan prodigiosamente me socorre y anima en el cumplimiento de mi deber, grito como Español y como soldado ¡Viva España! por quien lucho con toda mi alma y ¡Viva el indomable Ejército Español ¡que sabrá romperse como el acero, pero no doblarse ni ante las amenazas, ni ante traiciones como las de esos barbaros que nos insultan.

Suyo afectísimo.

Diego Sáenz Lozano. >>

Una vez más nos sentimos orgullosos de que un Extremeño, un paisano nuestro, no solamente haya realizado actos heroicos en el momento del combate el día 27, si no que se sienta animado de tan noble y elevado espíritu como revela la anterior carta.
Por esta razón aun a riesgo de ofender la modestia del Diputado a Cortes por este distrito, D. Manuel Pidal, publicamos las anteriores cartas, que habrán de producir excelente impresión y regocijo en todos nuestros paisanos.
·           
      La Opinión de Extremadura 6 de Marzo de 1910. 

Hablando con un héroe.

Villafranca tiene el honor hace varios días de que uno de los héroes de la guerra de Melilla, un hijo de esta localidad, Diego Sáenz Lozano, soldado de Cazadores de las Navas, haya regresado, a su pueblo, cubierto de gloria, victorioso y siendo heraldo de todas esas grandes hazañas que nuestras valientes tropas realizaron en los campos del Riff durante los seis meses que duró la ruda campaña.
El Alcalde de Villafranca, D. Mateo Sánchez Arjona, se apresuró en nombre de la Corporación Municipal a dar la bienvenida a nuestro valiente paisano, felicitándole por sus hechos de armas que han llenado de laureles una página de la historia de la guerra con Marruecos, manifestándole su satisfacción porque haya sido un hijo de este pueblo quien mereciera los dictados de héroe y a quien se recompensara en el campo de batalla con las cruces que hoy ostenta con legítimo orgullo sobre su pecho.
La Opinión de Extremadura, a raíz de los combates del 27 y 28 de Julio, en donde Diego Sáenz Lozano peleó con heroicidad extraordinaria, le dedico unos artículos de homenaje al héroe. ABC, Heraldo de Madrid, El Imparcial, Nuevo Mundo, La IlustraciónArtística, Actualidades, toda la prensa Española relató sus hazañas con entusiastas frases y los periódicos, ilustrados dieron en sus páginas el retrato del valiente Cazador.
Nosotros que estamos ávidos de darle nuestra enhorabuena y de conversar con el que ha colocado a tan grande altura el legendario valor Español, hemos visto hoy realizado nuestro deseo. A reiterados requerimientos y venciendo su admirable modestia, visito nuestra redacción en donde tuvimos el gusto de interviuvarle acerca de los combates en donde más se distinguiera.
Diego Sáenz Lorenzo atribuye toda la gloria con que se ha cubierto el batallón de las Navas al infortunado Teniente Coronel D. Tomas Palacios Rodríguez, que perdió la vida el 27 de julio, hora y media antes que el bravo General Pintos; y estos ilustres jefes con sus heroicidades inenarrables, con sus muertes gloriosas, les marcaron el rumbo, la pauta, el camino del honor y de la victoria. El recuerdo de aquel ejemplo de valor, de patriotismo, de entusiasmo, no se nos borraba de la memoria en los combates sucesivos. Yo no lo olvidaré mientras viva, nos decía nuestro interlocutor.

¿Ycómo empezó aquel combate del célebre Barranco del Lobo?
Le preguntamos.

Pues verá V, - Nosotros, estábamos destacados en el lavadero, próximos a la posada del Cabo Moreno, el día 27.

Habíamos tenido fuego durante toda la noche anterior.
El barranco era una preocupación para todos nosotros, pues era el refugio de todos los moros que nos hacían fuego a mansalva. En vista de ello y quizás para cerciorarse el General Marina de los que allí había, mandó que Pintos con su brigada hiciera un reconocimiento discreto. Cuando mi batallón recibió las oportunas ordenes de avanzar, el Teniente Coronel Palacios le dijo al ayudante de Pintos.
<<Dígale a mi General que si quiere concederme el honor de que nosotros, los Cazadores de las Navas, vayamos en vanguardia.
Pintos accedió y enseguida avanzamos. Primeramente nosotros, a la derecha Arapiles, después Llerena. A la una de la tarde se rompió el fuego. ¡Pero que fuego, madre mía! Nuestros fusiles vomitaban balas sin descansar un momento; teníamos que cogerlos por el guardamano por que el caño ardía. El enemigo atrincherado en aquellas peñas, dejaba caer sobre nosotros una completa lluvia de proyectiles. El ruido del combate era ensordecedor, terrible. Las bajas, muchas, pero nuestros jefes, nuestros oficiales, al frente de sus batallones, subían impávidos, sonrientes, animosos, entusiasmados con sus arengas, con su ejemplo… y  así, nosotros enardecidos, increpábamos a los compañeros encargados de suministrarnos municiones, porque nos parecían que se retardaban en cumplir su misión. Una hora, escasamentellevábamos de fuego, cuando al subir una loma, ebrio de valor, gritando: ¡ arriba valientes ¡ ¡ fuego y adelante ¡ ¡ arriba los bravos Cazadores ¡ cayó exánime, mortalmente herido nuestro jefe, el inolvidable, el heroico Teniente Coronel Palacios.
Vaciló un momento entre las piedras; trató de incorporarse y no pudo; entonces sintiéndose morir se dirigió a los que, haciendo todavía fuego, le rodeábamos, y en un arranque supremo de energía, grito con indescriptible entusiasmo, << ¡Cazadores, adelante! ¡¡Fuego!! ¡¡Viva España!! ¡¡Viva las Navas!!>> Y éstas fueron sus últimas palabras, que tuvieron la virtud de llenarnos de tal valor y de tal despego a la vida, que todos y cada uno de nosotros anhelábamos vengar fieramente la muerte de aquel jefe tan bueno, tan valeroso, tan heroico. No nos detuvimos ni un momento.
Los oficiales, delante de las secciones, distanciados temerosamente de ellas, con un valor rayando en el delirio, avanzaban sin vacilar, ahora cae uno, después otro, otro, otro: todos morían como Palacios, ordenándonos avanzar, llamándonos valientes, gritando ¡Viva España!... A las tres de la tarde, mataron a Pintos. Su cuerpo rodó desde una altura del barranco, acribillado a balazos… También sus últimas palabras fueron para nosotros, para los Cazadores…
Con estas recomendaciones, hechas en horas, en momentos tan supremos, teníamos que ser valientes a la fuerza. Era una herencia que todos aceptábamos con orgullo.
Prosiguió el combate sin interrupción, cada vez más encarnizado, más terrible. Relatar los hechos heroicos que allí se realizaron, seria no acabar nunca. Cada minuto surgía un héroe que nos asombraba con sus hazañas. Su vida era breve; pero apenas desaparecido de la línea de fuego, se presentaba otro, muchos, casi todos. Fueron los primeros los jefes y oficiales, después los sargentos, los cabos, los soldados; y cuando ya la fatiga nos rendía y las sombras de la noche estaban cercanas y el batallón no contaba con quien lo mandara, nuestro Capellánsurgió fiero, admirable de valor y de entusiasmo y requiriendo una espada, tomo el mando de las diseminadas fuerzas y se puso a nuestro frente con una exaltación de entusiasmo y patriotismo que jamás olvidaremos.
A las nueve de la noche, escuchamos los toques de corneta ordenando la retirada.

¿……………………………………………………..?

¡Ah! No. Esas fueron las horas en que más valor necesitamos. Nos retiramos con un orden perfecto. De no haber sido así, nadie, ninguno hubiéramos sobrevivido.

¿……………………………………………………..?

Eso no merece la pena de contarse.
Yo vi que al hoy cabo Jordán, lo habían cogido seis o siete moros, y que se lo llevaban o le darían muerte si no le auxiliábamos y entonces, con mi compañero Francisco González, de Almendralejo, también extremeño, acudí a salvarlo. Salimos corriendo y a quince pasos del grupo disparamos los fusiles, yo cinco veces, con tan buena fortuna que no desperdiciamos ni un tiro, ni dejamos a uno en pie y así pudimos salvarle de una muerte cierta.
El General Marina, cuando se enteró de esto, me felicito y todos me llamaban valiente… pero yo creo que cualquiera hubiera hecho lo mismo.
La modestia, principal virtud de Diego Sáenz Lozano, le veda el relatar sus heroicos hechos de armas con todos los detalles que la prensa refirió al día siguiente de realizarlos.
Nosotros al repetirlos hoy, no hacemos más que reconocerle un honor merecido, del que tan orgullosos estamos sus paisanos los extremeños.

Canción popular

El Desastre del Barranco del Lobo causó una profunda conmoción en España, siendo tema para una coplilla popular difundida durante muchos años, especialmente entre los soldados que servían en África, y cuya letra era la siguiente:

En el Barranco del Lobo
hay una fuente que mana
sangre de los españoles
que murieron por España.
(otras versiones: «por la patria»)
¡Pobrecitas madres,
cuánto llorarán,
al ver que sus hijos
a la guerra van!
(otras versiones: «ya no volverán»)
Ni me lavo ni me peino
ni me pongo la mantilla,
hasta que venga mi novio
de la guerra de Melilla.
 
Melilla ya no es Melilla, 
Melilla es un matadero 
donde van los españoles 
a morir como corderos.

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